Al hilo de Virginia Calvo Soler

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Licenciada en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid, Responsable del Departamento de Educación y Acción Cultural del CAB, Centro de arte Caja de Burgos, durante nueve años, y profesora de Educación plástica y visual en secundaria y bachillerato, la vida de Virginia Calvo Soler (Madrid, 1966) discurre entre León, Burgos y Madrid, las ciudades que le han dado cobijo a lo largo de su existencia. Cómo si tuviera miedo de no encontrar el camino de vuelta a Burgos, ciudad en la que ha residido durante casi veinte años, ha dejado su rastro a lo largo del sendero con obras como Bosque de ninfas (1999), en la Autovía León-Burgos a la altura de Bercianos del Real Camino; Arandando (2006), en el Parque de Los Barriles de Aranda de Duero; o Serena (2007), en el Camino del agua, Sierra de Francia (Salamanca).

La trayectoria artística de Virginia es consustancial a su trayectoria profesional y sinónimo de compromiso y generosidad. Su proyecto educativo se articula en base a la creación de proyectos artísticos participativos o colaborativos, buscando la integración del mayor número de colectivos y de áreas artísticas en una propuesta estética y socio-cultural concreta. El objetivo de estos es capacitar a los implicados para la resolución de problemas comunitarios a partir de propuestas artísticas que mejoren las condiciones y calidad de vida de la ciudadanía. Tanto sus obras como sus acciones son estímulos que llaman a la reflexión, haciendo valer la frase de Joseph Beuys que decía “El arte debe cambiar la sociedad”.

Virginia utiliza el arte como herramienta a través de la cual expresar su visión personal y desinteresada de la realidad que le rodea, interpretándola con diversos recursos tanto plásticos como lingüísticos. Así, nos encontramos varios elementos que son una constante desde sus inicios: las telas, las agujas, las espirales, la naturaleza y en asociación a ésta los seres fantásticos o míticos, como metáforas del ciclo de la naturaleza e íntimamente relacionados con las funciones biológicas femeninas o con la mujer. Valiéndose de estos recursos, la artista difumina los límites entre las artes.

Almario, su última exposición, ha llevado a la artista de regreso a Burgos. La muestra, que se puede visitar en la actualidad y hasta el 7 de febrero en el Arco de Santa María (Burgos), propone una revisión al trabajo realizado durante su estancia en la ciudad.

 

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