El espacio en el que Nicolás Roa (León, 1977) da rienda suelta a su imaginación es, además de estudio de arquitectura, taller de pintura. En esta pequeña estancia cohabitan los objetos coleccionados durante décadas, con las carpetas llenas de planos, y desde hace una semana con los caballetes y pinturas. Reina un orden muy particular, los objetos están juntos pero no revueltos, cada cual ocupando su lugar pero sin invadir el del vecino de estantería. Al igual que ocurre en sus trabajos, los espacios en blanco comparten lugar con otros de mayor abigarramiento. La comlejidad reside en mantener ese mismo equilibrio en el interior de uno mismo y poder saltar de una disciplina a otra sin mezclarlas como hacía Le Corbusier. (más…)